sábado, 15 de marzo de 2014

6º historia de Cris

CRIS VISITA EL REFUGIO

Que grandioso día es hoy, llevo meses esperando, por fin conseguí que mis padres me autorizaran a ir a una salida, hoy es el día.
Inmediatamente llegue pude sentir como mi pulso se aceleraba, sin querer tropecé con una de mis compañeras, lamentablemente era Sofía una de las más insoportables; decidí ignorarla pues presentía que hoy sería un día especial.
Al encontrarme con los muchos perritos de la fundación salte de alegría, eran hermosos; su ternura conmovía al igual que la dedicación de algunas personas para ayudarlos y cambiarles la vida.
Fue sorprendente al observar cómo se comportaban los perros, como los cachorros reflejaban en su mirada inocencia y los adultos alegría, esperanza, pero lo más sorprendente, nada de rencor. El experimentar como el cuarto cobró vida con su entrada.
Pero entre todos los perritos uno me llamo la atención, una cachorrita de orejas caídas, nariz rosada, mona con manchas cafés oscuras y ojos azules; juguetona, intrépida y muy buena atrapando la pelota.
Había algo en esa cachorra que me llamaba, quería adoptarla y lo conseguiría a toda costa. Antes de que nos tocara irnos llame a mí hermana y  le prometí darle todo el dinero de mi lonchera de un mes a cambio de que rogara conmigo el que adoptáramos a Lía, como la nombre, mi hermana accedió.
Al irnos presencie una escena que me conmovió y derritió el corazón, Lía estaba frente a la reja con la cabeza ladeada y una mirada triste junto a sus compañeros que ladraban, chillaban y nos miraban tristes.
Cuando ya estaba en casa, con ayuda de mi hermana conseguí tener éxito con mi meta, fue difícil convencer a mis padres pero fueron cediendo y conseguí adoptar a Lía sin problema; logrando así hacer feliz a una perrita


Por: Angie Valentina Córdoba 

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