La diablilla disfrazada de angelito
Estaba furiosa y no
soportaba un minuto más. Eran desesperantes,” la reinita superrica y su
seguidora que siempre dice que sí”, apodos con los cuales describía a mi prima
y a su amiga.
“¡Ah! Mi prima,
tiene ocho años, sus padres le compran de todo, su cuarto tiene miles de
juguetes por lo cual humilla a todos y cree que puede mandarme ¡Ja! “pobre
ilusa”, pero si tenía poder sobre los adultos más de lo que yo creía.
Cuando hice la
visita obligada a su casa, ella y su amiga corrían por todas partes, parecían
demonios de Tasmania, peleando: mi prima le pegaba y amenazaba, pero luego se
calmaron y mi prima la llevó arrastrada hasta su alcoba. Yo creía que me había
salvado pero luego volvió por mí; primero me
obligó, luego me amenazó y cuando
se dio por vencida me ofreció $10.000 a cambio de jugar con ella; yo acepté.
Ese fue el peor
error de mi vida; al llegar a su cuarto solo resistí estar ahí dos minutos
jugando, todo lo que me pasaba, supuestamente para jugar, al segundo después me
lo arrebataba, entonces saqué mi ipad y me puse a jugar, mientras ellas jugaban
con peluches; de repente mi prima me dijo que tenía uno y que era rosa. Yo muy
“amablemente” le dije “bien por ti”.
Un rato más tarde
de aguantarme la rabia y no bajar ella volvió, me dio mi sombrero y un
chocolate derretido frente a mi tía, lo cual la hizo parecer un angelito. Lo
que mi tía no vio fue cuando ella me susurró “jajajajaja, jódete viejucha” y
luego se fue.
ANGIE VALENTINA
CÓRDOBA CÓRDOBA
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