sábado, 15 de marzo de 2014

1º historia de Cris




La diablilla disfrazada de angelito
Estaba furiosa y no soportaba un minuto más. Eran desesperantes,” la reinita superrica y su seguidora que siempre dice que sí”, apodos con los cuales describía a mi prima y a su amiga.
“¡Ah! Mi prima, tiene ocho años, sus padres le compran de todo, su cuarto tiene miles de juguetes por lo cual humilla a todos y cree que puede mandarme ¡Ja! “pobre ilusa”, pero si tenía poder sobre los adultos más de lo que yo creía.
Cuando hice la visita obligada a su casa, ella y su amiga corrían por todas partes, parecían demonios de Tasmania, peleando: mi prima le pegaba y amenazaba, pero luego se calmaron y mi prima la llevó arrastrada hasta su alcoba. Yo creía que me había salvado pero luego volvió por mí; primero me  obligó, luego me amenazó  y cuando se dio por vencida me ofreció $10.000 a cambio de jugar con ella; yo acepté.
Ese fue el peor error de mi vida; al llegar a su cuarto solo resistí estar ahí dos minutos jugando, todo lo que me pasaba, supuestamente para jugar, al segundo después me lo arrebataba, entonces saqué mi ipad y me puse a jugar, mientras ellas jugaban con peluches; de repente mi prima me dijo que tenía uno y que era rosa. Yo muy “amablemente” le dije “bien por ti”.
Después de un rato de ignorarlas interrumpieron mi juego; mi prima me arrebató el ipad y dijo que ella tenía un novio y lo había besado, además que yo era muy tonta para tener uno. Yo no le dije nada, ella se desesperó  me pegó una cachetada. Mi tía estaba ahí en ese instante, yo le había cogido la mano a mi prima para que no me pegara y ella se había puesto a llorar; mi tía entró y me dijo: “grosera por qué le pega a la niña”  Seguido de eso mi prima dijo “yo quiero ese sombrero y señalo el mío”. Lo tomé muy fuerte pero mi tía me lo quitó y se lo dio a ella, luego se la llevó cargada con mi sombrero. Mientras se iban mi prima sonreía y me mostraba un billete de $50000 que le habían dado.
Un rato más tarde de aguantarme la rabia y no bajar ella volvió, me dio mi sombrero y un chocolate derretido frente a mi tía, lo cual la hizo parecer un angelito. Lo que mi tía no vio fue cuando ella me susurró “jajajajaja, jódete viejucha” y luego se fue.


ANGIE VALENTINA CÓRDOBA CÓRDOBA


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