El día de tu santo, de Jairo Aníbal Niño
El día de tu santo
te hicieron regalos muy valiosos:
un perfume extranjero, una sortija,
un lapicero de oro, unos patines,
unas zapatillas de marca y una bicicleta.
Yo solamente te pude traer,
en una caja antigua de color marrón,
un montón de semillas de naranjo,
de pino, de cedro, de araucaria,
de almendro, de encina y de manzano.
Esas semillas son pacientes
y esperan su lugar y su tiempo.
Yo no tenía dinero para comprarte algo lujoso.
Yo simplemente quise regalarte un bosque.
Carta de respuesta:
Tu regalo aunque no fue lujoso es el más
valioso porque me lo diste de corazón, quiero que entiendas que lo acepto muy
agradecida contigo. La naturaleza me a encantado desde siempre y el que tú me
regales un “bosque” es un alago para mí, no estoy diciendo que no me gusten los
regalos lujosos, lo que digo es que para mí ambos tienen igual valor.
Espero que cuando las semillas nazcan podamos
ir a pasear solos los dos porque los regalos son más bonitos y agradables si
los compartes con alguien especial como tú.
Espero que nos veamos pronto; besos y abrazos
para el jovencillo que sembró un “bosque” de amor en mi corazón.
POR:
ANGIEVALENTINA CORDOBA