El libro de dos caras del artista europeo
En el castillo de la reina
de Europa, se había organizado una exposición de cuadros majestuosos, entre los
cuales se presentaría como obra maestra la pintura de la reina de un artista
afortunado. Quien fuera escogido por la reina en persona tendría que asumir el reto
de crear una pintura de ella, como en verdad era y, sinceramente, era “mandona”.
Todos los pintores de Europa estaban atemorizados y ninguno hasta ahora, había
tenido el valor de presentarse ante ella. El único fue Garde S. Suel, un pintor
poco conocido pero muy especial. Él tenía ojos azules, bigote crespo y una boina
azul, la cual nunca se quitaba.
Cuando se presentó frente a
la reina, los pintores reales se le burlaban, pero él sin ponerles atención les
presentó una de sus obras. En ella pintó una cárcel con presos de verdad malos,
pero entre las sombras había un joven acurrucado y triste con los brazos sobre
la cabeza. La reacción de la reina no fue la esperada por todos, pues ellos
creían que no le gustaría; pero al contrario, le encantó. Su expresión fue: -“¡maravilloso!
he encontrado al pintor que pintará la realidad sobre mí”-. En ese momento,
todos, incluso Garde S. Suel, quedaron asombrados porque él esperaba que le
dijera que no.
Poco después de ser escogido,
lo llevaron al taller donde trabajaría en el cuadro. Ese taller era totalmente
lujoso y tenía riquezas, oro y antigüedades. Él se estableció y comenzó a hacer
bocetos en su libro de dibujo. Al día siguiente muy temprano ya con los
materiales, comenzó a pintar y cada vez que se cansaba tapaba el cuadro con una
seda roja de muy buena calidad. Desde entonces pasaron 5 días y 6 noches en las
cuales él nunca habló con nadie ni comió un solo bocado. Hasta que en la mañana
del día 6 salió gritando: “¡lo han robado, lo han robado!” Todos en el castillo,
incluso el cocinero, se dieron cuenta del escándalo por el robo del libro de
dibujo de Garde S. Suel. La reina en persona les ordenó a todos sus guardias
que lo buscaran porque era muy importante para el pintor; además, en él había
ideas para el cuadro de la reina, lo cual era muy especial, pues de ellas
dependería el futuro del pintor.
Después de una larga
búsqueda, el pintor desistió y dejó en el pasado el libro. Fue entonces cuando terminó
el cuadro que había tardado más de 15 días en hacer. No obstante, cuando lo
terminó, todo el castillo estaba invadido de expectativa, temor y felicidad,
una mezcla de sentimientos que nadie entendía. Llegó el momento y todos se reunieron
en la sala principal para ver el “cuadro glorioso de la reina”. Era el momento
de más tensión para todos, sin embargo, Garde S. Suel no tenía una sola muestra
de nervios; era como si llevara una máscara de seriedad que no mostraba ningún
sentimiento; simplemente se mostraba tranquilo.
De repente el silencio de la
sala se interrumpió con las trompetas que anunciaban la llegada de la reina,
quien al arribar dio la orden de que pasara el pintor. Garde S. Suel entró y traía
con él un cuadro tapado son una seda roja muy fina y suave. Cuando estuvo
frente al trono destapó su obra maestra y la presentó como “La verdadera reina”,
en la cual estaba pintada ella con dos caras: en un lado estaba como siempre la
veían sus sirvientes: muy arreglada y con una notable sonrisa; y en el otro, estaba
con una expresión de mando y autoridad lo cual todos sabían que era cierto,
pero nadie era capaz de decirlo, pues es la reina y todos conocían su poder. Nadie
habló hasta que la reina dijo: – “Temía que no lo lograras pero en un solo
cuadro me has mostrado la verdadera reina, sin necesidad de hablar mucho. Felicitaciones”
–. Cuando finalizó, todos aplaudieron al pintor quien seguía sin inmutarse. Luego
la reina siguió –“Muy bien hecho Garde S. Suel, tu pintura saldrá en la
exposición”–dijo mostrando una sonrisa maliciosa –“o mejor dicho EDGAR SANTIAGO
ELSUN”– añadió. Todos quedaron atónitos y la cara de Garde S. Suel se llenó de duda y angustia,
pues no entendía como ella sabía eso si él se había presentado como Garde S.
Suel. Todo esto fue interrumpido cuando la reina le entregó el cuaderno
perdido, el cual tenía en la portada el nombre EDGAR SANTIAGO ELSUN, escrito a
mano y en el reverso: GARDE S. SUEL, también escrito a mano y todos los dibujos
de adentro estaban firmado así:
EDGAR SANTIAGO ELSUN
Continuara…
Por:
ANGIE VALENTINA CÓRDOBA Grado: 6ºB
Cuento hecho a
base de: A12B3C4D2
Personaje
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Objeto
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Lugar
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Suceso
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Artista
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Libro
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Castillo
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Robo
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