Era una mañana fría, pero el frio que sentía yo, traspasaba
mi piel y mis huesos, aunque estuviera cobijado hasta la cabeza nada podía cambiar
esa sensación, era como si me observaran; pensé que estaba enloqueciendo entonces
me voltee y vi dos ojos… rojos, salte hacia atrás, tropecé con algo que me hizo
caer y luego me arrastro hasta el armario ahí escuche un ¡shshsh!!!!!!! Que venía
desde debajo de mis rodillas, escuche que encendían una linterna y me
alumbraban la cara con ella abrí los ojos y vi a un hombrecillo que me decía “no
tengas miedo sacare a la bestia de tu alcoba y luego me iré” yo me agache a la
altura del hombrecillo y luego asentí con la cabeza pues no podía pronunciar una palabra, mientras analizaba la situación,
el hombrecillo tomo una cuerda y salió del armario.
Después de un rato de sonidos extraños él volvió y
me dijo que él era el duende bueno y que volviera a dormir que todo era seguro;
eso hice exactamente yo.
Ya cuando eran las diez me volví a levantar y encontré
dos bolsitas de chocolates al lado mío, pero aun así siempre guarde el secreto
de este suceso.
FIN
POR:ANGIE VALENTINA CORDOBA CORDOBA
POR:ANGIE VALENTINA CORDOBA CORDOBA
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