No
voy a empezar estas palabras, diciendo: Docentes, les damos las gracias por su
arduo trabajo y dedicación…etc., etc. Porque no quiero que esto parezca un
discurso común, eso no es lo que planee escribir, pues en muchas oportunidades,
escuché discursos en los actos y siendo alumna, no podía evitar distraerme y no
prestar atención.
Así
que he decidido comenzar con una pequeña paradoja, que me he planteado. En la
vida hay muchas personas importantes y todas hacen algo diferente; los padres educan, los sabios comparten su
sabiduría, los pastores guían, los doctores curan, los amigos brindan su confianza, pero en el mundo solo existen algunos capaces de hacerlo
todo, los maestros, es
su tarea, pocas veces reconocida y tantas otras cuestionada, una tarea difícil
que implica tener alegrías, problemas y mucha responsabilidad, pero es una
tarea fundamental, en sus manos esta nuestro futuro, y aunque sé que no es
fácil ser docente, es agradable saber que aún existen personas con el valor de
luchar contra la sociedad y tecnología que poco a poco se carcomen el valor del
ser humano, nuestra historia que forja nuestro futuro se está perdiendo, pero
con guerreros que se dedican a luchar contra la ignorancia como ustedes, doy
por seguro que podemos seguir, porque no importa si son pocos los que esparcen
sabiduría, somos muchos los dispuestos a escuchar.
Durante
toda nuestra vida se nos ha inculcado el deseo por avanzar, por descubrir
nuevas cosas y por ampliarlo que somos y a dónde vamos, pero no se puede
definir el futuro al azar y siendo todavía jóvenes no podemos hacer nuestro
camino solos, pues es una vida interesante y dura la que llevamos como seres
humanos, son muchas dificultades las que hay en el camino, que diariamente
recorremos, claro que existe el camino fácil, que es dejarnos a la deriva, pero
hay quienes deciden luchar a nuestro lado abriéndonos paso en los surcos de la
vida y preparándonos para los golpes inesperados, tomando una parte más activa
en este difícil viaje, ayudándonos a construir nuestros propios caminos.
Hoy
quiero saludar a todos aquellos que han elegido la escuela como su vocación y
modo de vida, porque ser docente hoy es jugarse por un futuro mejor, aportar un
granito de arena para que la playa en la que vivimos sea un poco mejor cada
día.
Porque
maestro no es sólo quien nos instruye, quien nos transmite conocimientos.
Sino sería fácilmente reemplazado por una enciclopedia o Wikipedia pero no es así, Porque ellos dejan a un lado sus problemas personales y al llegar al salón dan lo mejor de sí, están allí cuando les decimos: “Profe, no entiendo”, o “ayúdeme”; o también cuando estamos tristes, no dudan en preguntarnos qué nos pasa, y están allí para brindar un abrazo o una sonrisa cuando más lo necesitamos, y levantarnos la moral para que sigamos adelante. Puede que no siempre les digamos que los queremos y ustedes crean que los odiamos pero, quiero aclarar que no es así, el que no les demostremos que, como a nuestros padres, los queremos y admiramos, ni les demos las gracias no significa que ustedes no influyan en nosotros, pues si lo hacen, les quiero decir que “aprendan a ver con el corazón, pues lo esencial es invisible a los ojos” además somos jóvenes y no siempre expresamos lo que sentimos.
Sino sería fácilmente reemplazado por una enciclopedia o Wikipedia pero no es así, Porque ellos dejan a un lado sus problemas personales y al llegar al salón dan lo mejor de sí, están allí cuando les decimos: “Profe, no entiendo”, o “ayúdeme”; o también cuando estamos tristes, no dudan en preguntarnos qué nos pasa, y están allí para brindar un abrazo o una sonrisa cuando más lo necesitamos, y levantarnos la moral para que sigamos adelante. Puede que no siempre les digamos que los queremos y ustedes crean que los odiamos pero, quiero aclarar que no es así, el que no les demostremos que, como a nuestros padres, los queremos y admiramos, ni les demos las gracias no significa que ustedes no influyan en nosotros, pues si lo hacen, les quiero decir que “aprendan a ver con el corazón, pues lo esencial es invisible a los ojos” además somos jóvenes y no siempre expresamos lo que sentimos.
Ser
maestro es un don y una tarea muy difícil, aun así si lo hacen con amor ese
amor nos lo transmite a nosotros, un maestro es un ejemplo de persona ideal
para todos y enseña con sensibilidad, devoción y amor
porque con amor todo se puede y así nos educan no para
ser bóvedas llenas de conocimiento o robots sin vida, sino seres libres y
capaces de enfrentar la vida.
Ustedes
profesores, maestros de la vida, se merecen toda nuestra gratitud, no solo por
compartir sus conocimientos con nosotros los jóvenes, sino por dedicar su vida
a una labor tan ardua pero hermosa que es enseñar.
Y es
que ser maestro, más que un transmisor de conocimientos o destrezas es, sobre
todo un generador de vida, y no cualquier vida, sino vida forjada en el
conocimiento, en la espiritualidad, en la libertad, en la sabiduría, en los
valores y solidaridad humanas.
Ser
maestro es ser un apasionado por la formación y desarrollo integral de los
jóvenes como nosotros, de los cuales depende el futuro de esta humanidad que
entre más va avanzando más valor va perdiendo.
Hoy
nos reunimos para celebrar el Día del Maestro, pero para mí en realidad
celebramos el que aún hay esperanzas para nuestro futuro, esperanzas que son
puestas en sus capaces manos, para que formen con ellas metas, que luego serán
éxitos. Ser maestros tal vez no sea la profesión más
lucrativa ni la menos laboriosa, pero es la profesión que escogen porque les
gusta enseñar, porque aman lo que hacen, y hacen lo que aman, por eso les doy
infinitas gracias a todos los que se dedican a enseñar y a luchar por el bien
de la humanidad, les deseo lo mejor y encomiendo en sus manos el futuro mío y
de esta sociedad.
He pasado mucho tiempo en este
colegio formándome como persona integral, me considero el metal con el que
ustedes, como herreros, forjan una espada para luchar contra las adversidades y
cortar la ignorancia. Pero los Maestros
no solo están en el colegio hay maestros en todos lados, pues no todos como
vocación tienen enseñar, hay maestros en la casa, la calle, la biblioteca, en
todos lados. Los padres son nuestros primeros maestros, nuestros abuelos
también son sabios de vida, nuestros amigos nos enseñan a vivir; pero dejar
todo el peso del enseñar en los hombros de la familia o de la calle no nos garantiza lo mejor, pues
puede que aprendamos de ellos, sin embargo también se necesita el conocimiento
amplio de una materia para poder enseñarla bien. Por eso existen ustedes
nuestros segundos padres, nuestros pastores del saber, que con entusiasmo día a
día nos dedican de su tiempo y paciencia, para que así podamos lograr un mundo
mejor.
Por todo lo anterior y todo lo
que ser nuestros maestros ocupa, les damos infinitas gracias, a ustedes y a
Dios; además les pedimos que luchen junto a nosotros por nuestra hermosa
humanidad. Que Dios los bendiga.
GRACIAS
POR ANGIE VALENTINA CORDOBA
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