Un día es muy poco para vivir una vida completa o
para cumplir los sueños de un futuro, para crecer y ser adulto, sin embargo hay
muchas cosas que quisiera hacer.
En el momento en que me dé cuenta de que se va a
acabar el mundo de verdad, gritaría y correría de un lado a otro planeando las
próximas horas.
Lo primero que haría es pasar tiempo con mi familia,
comprar un lobo siberiano o adoptarlo y salir a pasear todos juntos.
Luego escribiría una carta muy detallada sobre mi
vida y mis sueños, leeré por lo menos una hora, mientras escucho mis discos de
One Direction.
Llamaría a mis amigas para que pasáramos tres horas
juntas, disfrutando y haciendo locuras. Haría mi primera y última llamada de
broma, comería chocolate.
En las últimas horas disfrutaría al máximo, comería
helado, porque para mí el ultimo día no hay que pasársela nostálgico sino
alegre y viviendo al máximo, porque la vida es para disfrutarla aunque sea
corta.
Después haría una capsula del tiempo llena de cosas
que amo y que valoro, ahí incluiría fotos, libros y si pudiera meter a mi
familia lo haría, pero como no puedo metería una foto de todos.
Invitaría a toda mi familia, toda sin nadie que
falte y en los últimos minutos los abrazaría, a mis perritos también y gritaría
gracias a Dios por darme una vida tan linda, una familia tan unida unas
mascotas tan tiernas, unas amigas tan especiales, unos libros tan variados para
leer, unos chicos a quienes adorar (One Direction) y unos padres ejemplares,
dedicados y cariñosos que tengo y en el último segundo soltaría mi última
lagrima y regalaría mi última sonrisa.
Por: Angie Valentina Córdoba Córdoba.